viernes, abril 08, 2022

Homenaje a Ricardo León

 


A un año de su fallecimiento, el viernes 15 se realizará en la Posada del Barco de la Pedrera, Rocha, un homenaje a Ricardo León, el creador e impulsor del ya clásico Jazz entre amigos que se realiza en el balneario rochense. Durante el evento se exhibirá un fragmento de la película sobre el 15ª Festival y una filmación inédita de lo que fue último toque con la participación de Ricardo y músicos amigos. La actividad finalizará con una Jam session a cargo de los músicos presentes, amigos de Ricardo.

Ricardo tuvo una dilatada trayectoria siendo considerado uno de los mejores pianistas de jazz de Uruguay y del Río de la Plata. Se inició en la música muy tempranamente, a los 12 años, en su Florida natal. Su primer grupo se llamó “Los Teenagers”. Siempre de bajo perfil, integró la banda de Chico Buarque durante su estadía Brasil y fue parte del primer grupo uruguayo, Cuarto Poder, en tocar en el ahora mítico festival BA Rock de Buenos Aires en el año 1970. Su actividad ligada a la música siguió en nuestro país en diversas formaciones o como solista. En 1982 formó parte del Zafhfaroni uno de los primeros grupos de jazz-rock fusión. Más adelante se dedicó de lleno al jazz y también al tango instrumental, siendo uno de los más activos integrantes del Hot Club jazz de Montevideo, donde llegó a ser vicepresidente. Viajó reiteradas veces a Italia invitado a participar en el festival de Ancona. Allí grabó su único disco: Fuego Uruguayo.

Como parte del Homenaje, en esta oportunidad haremos el Lanzamiento del próximo “Vigésimo Festival Internacional Jazz entre amigos edición 2023.

El Uruguay admirado por Boric y la responsabilidad del sistema político

Este domingo fue publicada en el diario Clarín de Argentina una entrevista al presidente de Chile Gabriel Boric. En un segmento de respuestas rápidas denominado “Al toque”, le preguntaron, sobre qué sociedad admiraba más.

El joven mandatario chileno respondió que era la sociedad uruguaya la que más admiraba. Textualmente dijo: “Admiro, esto no sé cómo va a caer, pero me gustan mucho los uruguayos”, indicó Boric, sin agregar más comentarios.

La respuesta cobró importancia porque se conoció el día anterior al primer viaje oficial que realiza Boric y lo hizo con su país vecino y principal socio comercial, la República Argentina, lo que explica entonces esa frase subordinada “esto no sé cómo va a caer”.

Es raro que un chileno, y en este caso el presidente, y hagamos abstracción de las diferencias futbolísticas que han transformado en un clásico el enfrentamiento Uruguay Chile, ponga como ejemplo a Uruguay o que admita que admira a la sociedad uruguaya.

Hasta ahora, era al revés, sobre todo en determinados sectores políticos. Cuando aquí se hablaba de Chile era para ponerlo como ejemplo. Hace años, a la salida de la dictadura uruguaya, el chileno Hernán Büchi, uno de los padres del sistema previsional chileno era una cara asidua en los medios. La reforma previsional chilena, con la creación de las AFP, en plena dictadura pinochetista, que se quiso implementar en Uruguay, demostró ser virtualmente una estafa para los trabajadores. Uruguay hizo su reforma previsional y ahora se apresta a profundizarla y con claros y oscuros que los tiene sin duda, demostró ser más equitativa y equilibrada.

Las multitudinarias movilizaciones que se vivieron en Chile, primero por parte de los estudiantes, de las que justamente Boric fue protagonista y al final con los hombres y mujeres hartos de la desigualdad social dejaron en evidencia el verdadero Chile.

Uruguay, en tanto, mal que les pese a los antibatllistas de José Batlle y Ordóñez, ha sido desde siempre un ejemplo de igualdad, incluso durante el gobierno más neoliberal que tuvo que fue el de Lacalle de Herrera, porque se ha encontrado con los diques que la propia sociedad pone por delante.

Ayer, en la mutualista de la que soy socio me encontré con un veterano dirigente político, ya retirado, aunque sigue en acción. Incluso se lo ha visto en un video que se viralizó, conversando con Guido Manini Ríos tras conocerse el resultado del referéndum. Me refiero a Alberto Volonté. Para quien no lo recuerde, Volonté fue presidente de UTE y ahí cimentó su prestigio y fue candidato a la presidencia de la República por el Partido Nacional en el año 1994, perdiendo las elecciones a manos de Julio María Sanguinetti por apenas un 1%.

Durante el segundo mandato de Sanguinetti, Volonté estableció con el presidente una coalición de gobierno que se mantuvo durante casi todo el período y que posibilitó desarrollar programas de reforma en diversos ámbitos. La imagen pública de Volonté fue prácticamente la de un "vocero de la coalición", su presencia mediática tenía siempre un perfil muy alto.

Este lunes, allí estaba, de calzado deportivo uno de los hombres más influyentes de la política uruguaya de finales del siglo 20. En Chile Volonté sería parte de la elite política que no entendió, no vio o no quiso ver lo que pasaba en su país y fue arrasada electoralmente.

Sin embargo, en este Uruguay de la igualdad (aún) de la movilidad social, es el país en el que un hijo de almaceneros puede ser presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, como Enrique Iglesias o el hijo de un operario de Ancap puede ser presidente de la República y lo fue dos veces, como Tabaré Vázquez. Seguramente este Uruguay es el motivo de la admiración de Boric y es sobre el que todo el sistema político debería conservar más allá de las posiciones ideológicas.


 

viernes, abril 01, 2022

Retiradas

La pelota llegó medio llovida contra un extremo del área, la recibe de espaldas, solo - un grave error de la defensa contraria que no puede dejar sin marca a ese delantero – encorva apenas el cuerpo, se eleva y le da un golpe seco al balón, lo hace con una ágil pirueta y ya en el aire, de reojo, ve que entra como una bala en el arco. Es gol. Golazo. En el estadio los asistentes bajan los brazos ya derrotados, solo un puñado lo festeja. En la cancha los jugadores de la camiseta roja bajan la cabeza, con vergüenza y desolación. Luis Suárez, sale corriendo con los brazos abiertos como alas y pronto queda sepultado bajo una piña de compañeros. Cuando se libera cumple con el ritual: lleva su mano derecha a los labios y reparte besos, uno por cada hijo y su esposa. Fue su gol 29 en las eliminatorias para un mundial de fútbol vistiendo la camiseta celeste. Es su último gol, él lo sabe, ya no podrá hacer más; para las próximas eliminatorias ya será demasiado grande y seguramente se habrá retirado de la práctica del fútbol.


En el Rincón del Cerro, en una chacra, José Mujica, el ex presidente camina despacio, con la mirada perdida, levanta una manguera, la coloca a un lado y se sube a un pequeño tractor y se pierde entre los terrones de tierra. Atrás quedó su último esfuerzo, su última batalla electoral tratando de sumar voluntades para el SI en el referéndum contra los 135 Artículos de la Ley de Urgente Consideración que forzó el Frente Amplio y el PIT CNT. No logró torcer la voluntad popular y le duele, pero ya ha perdido tantas batallas que sabe como levantarse. Ya tiene 86 años, el cuerpo no le da para más actos, para recibir palmadas en la espalda, apretones de mano, besos, fotos. Ya está cansado, pero igual hasta el 27 de marzo pasado estuvo en primera fila y, como dijo alguna vez, hace poco, si está vivo aunque sea arrastrándose y con bastón le gustaría hacer algún acto político para las elecciones del 2024.





En Punta Carretas, en una casa del estilo de la zona, Julio María Sanguinetti, dos veces ex presidente descansa tras su último esfuerzo militante para su Partido Colorado apoyando el NO en el referéndum por la Ley de Urgente Consideración. Está satisfecho, logró ganar aunque por poco margen, pero el sabe que lo que queda en la historia es que ganó, con los años eso es lo valioso, no importa si fue por 20 mil votos o un voto. Sanguinetti también tiene 86 años y esta fue su última batalla electoral. “He hecho esta campaña con alegría, con mucha convicción y estoy más o menos como (Luis) Suárez. De protagonista, esta es la última”. Una imagen suya, dando un discurso bajo lluvia, con un micrófono en la mano y empapado, quedó impregnada en las retinas de muchos como un símbolo de esos políticos de raza que ya no vienen así.


martes, marzo 29, 2022

La foto del 27 y el comportamiento del ciudadano: el crecimiento de los anulados y la decisión de no votar

En la noche del domingo 27 se repitió la foto de la elección pasada del año 2019: festeja la coalición en detrimento del espacio de la izquierda. Pero hubo algunas diferencias, pequeñas pero significativas, aquella foto de noviembre de 2019 mostró a un Luis Lacalle Pou triunfante, exultante, pero no mucho, porque su rival, Daniel Martínez no reconoció esa misma noche el resultado y lo privó del festejo. En la del domingo pasado Lacalle ya estaba sentado en el sillón gubernamental y dio un mensaje cuando ya estaba seguro que había ganado, aunque hasta que habló no había recibido un mensaje del SI. Igual no hubo festejo, hubo una reafirmación de un rumbo, hubo alivio y en todo caso lo festivo estaba en la calle. La imagen de un Lacalle ganador, por poco pero ganador, con Beatriz Argimón a su costado, con todo el equipo de ministros fue una imagen contundente, como para no dejar dudas de hacia dónde camina.

¿Qué otra foto mostró? La de siempre, la de un Uruguay sigue dividido en dos bloques políticos, como lo estuvo casi siempre desde que se lo conoce como país: Colorados y Blancos hasta la irrupción del Frente Amplio, que dio paso, primero al tripartidismo, para desembocar otra vez en el bipartidismo desde 1999 con el FA que creció sin parar hasta llegar al gobierno en el año 2005. En la elección pasada quedó plasmada también la foto geográfica donde se reafirma el poderío de la izquierda en la zona metropolitana: Canelones y Montevideo. En el resto del territorio, salvo Paysandú, la coalición gobernante es mayoría.

Y la izquierda, a pesar de perder, festejó, porque logró colocarse en el centro de la escena política y pasar a la ofensiva después de la derrota de noviembre de 2019.

Así, los dos tienen sus razones para leer el resultado en clave de victoria, al final es lo que tiene la paridad. El desafío de ahora es que esos dos bloques se escuchen lejos de los gritos de la campaña electoral, algo difícil, porque ayer ya empezó la campaña para el 2024.

Y si ya están mirando el 2024, el resultado del referéndum dejó algunas preguntas.

Es que con respecto al balotaje 134.000 personas menos decidieron no votar: presentaran un certificado o pagaran la multa o esperaran la moratoria. El voto anulado creció un 2%, aproximadamente 40.000 votos respecto de lo habitual, ¿habrán seguido la recomendación que le hizo a los indecisos Carolina Cosse? Sumados estos dos comportamientos, hay un botín electoral que en una eventual elección puede otorgar dos bancas en el senado o definir una elección en un escenario.


¿Qué nos dicen esos 174 mil ciudadanos?: ¿quiénes son? ¿De qué franja etaria? Son desencantados con el sistema político, con las formas de ver la política, con la campaña, o simplemente decidieron no participar por la complejidad de lo que se planteaba?

Referéndum: una consulta en un pais partido en dos


Otra vez se repitió la foto de la elección pasada de 2019: festeja la coalición de centro derecha, en detrimento de la izquierda.
Uruguay sigue dividido en dos partes, una en la zona metropolitana fundamentalmente, donde manda la izquierda y la otra en el resto del territorio donde la coalición gobernante es mayoría. Ayer ganó el No y el gobierno festeja, Lacalle festeja, pero también festeja la izquierda que logro colocarse en el centro del escena politica después de la derrota de noviembre de 2019. Los dos tienen razones para leer el resultado en clave de victoria, al final es lo que tiene la paridad.
El desafio ahora es que esos dos países se escuchen lejos de los gritos de la campaña electoral.

EL INICIO
El pistoletazo de salida lo había dado un dirigente sindical argentino de la CTA, de nombre Carlos Díaz. Fue en noviembre del año pasado, en el congreso del PIT CNT, la central de trabajadores uruguaya. Allí Díaz ofreció a viva voz la infraestructura de su organización para que los uruguayos que están en Argentina “vengan a votar el día que se realice el referéndum y echar a Lacalle Pou”.

Las palabras de Díaz provocaron una ovación entre los asistentes, pero a poco que bajaron las aguas, en la izquierda se le bajó el perfil y se trató que el exabrupto y los aplausos fueran olvidados.

Es que más allá de que la campaña por el referéndum contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) fue de las peores que se recuerde según todos los analistas, en Uruguay todavía hay una línea que no se cruza.

Los presidentes, cuando se van entregan la banda presidencial a su sucesor. Lo hacen en paz y democráticamente. Lo hizo Tabaré Vázquez con Luis Lacalle Pou y lo hará éste con su sucesor.

Cuando hay discrepancias entre las fuerzas políticas, como ha sido en este caso, se acude al instituto del referéndum previsto en la Constitución de la República y a fuerza de lapicera y papeletas, el Frente Amplio, junto con un amplio abanico de organizaciones sociales, la principal el PIT CNT, logró recolectar casi 800 mil firmas para convocar a la ciudadanía.

Ayer durante todo el día los uruguayos fueron legisladores y pusieron punto final a una larga discusión que comenzó en plena campaña electoral para la presidencia, cuando el en ese entonces candidato Luis Lacalle Pou anunció que si lograba la victoria buscaría aprobar una Ley de Urgente Consideración que incluiría una variedad de temas. Lacalle quería ganar tiempo y de paso borrar de un plumazo toda huella de los 15 años de gobiernos progresistas: Vázquez, José Mujica y Vázquez nuevamente.

A principios de 2020, el centroderechista Partido blanco, el de Lacalle, dio a conocer un primer borrador que tuvo que ser negociado a la interna de la coalición de cinco partidos que va desde la socialdemocracia hasta la derecha nacionalista más dura y que fue la que aupó a Lacalle para llegar a la presidencia. Es que el proyecto presentado iba más allá de lo acordado entre los socios.

Cuando la LUC definitiva, casi 500 artículos, algo inédito en la vida democrática pos dictadura fue presentada, tuvo en ese momento varios cuestionamientos del Frente Amplio y el PIT CNT.

El debate parlamentario, acotado a 90 días, se hizo en plena pandemia y con la mayoría de legisladores de la coalición gobernante fue aprobada, pero también tuvo la aprobación del Frente Amplio, que en el parlamento avaló con sus manos levantadas más de la mitad de los artículos.

Sin embargo, desde las organizaciones sociales se levantaron voces contrarias y al final llegaron a 135 artículos que fueron impugnados. La recolección de firmas, también en plena pandemia, tuvo un comienzo algo lento. Esto dio alas al gobierno que no le prestó atención, a tal punto que notorios operadores del oficialismo decían en voz alta que al final del plazo constitucional para la recolección de firmas no se iba a llegar a número requerido. Pero con una militancia en territorio, donde el Frente Amplio es casi imbatible, sumado a un objetivo político que levantó la moral tras la derrota electoral en las elecciones presidenciales, se llegaron a las firmas necesarias.

Ahora en el último tramo de la campaña se involucró el propio presidente Lacalle, algo inédito puesto que está en discusión si puede participar o no en este tipo de instancia. Para la coalición gobernante Lacalle es su mejor carta de presentación por cuanto mantiene en alto el nivel de aprobación a su gestión con un saldo neto positivo de +24.

Y al final, este referéndum se ha transformado en una suerte de elección a mitad de camino. Aunque mañana Lacalle seguirá siendo presidente y en el parlamento no habrá cambios, lo que se votó fue más que por mantener o derogar los 135 artículos de la LUC: se votó si hay confianza en el gobierno y el presidente o como ocurre en los partidos más trabados se le saca tarjeta amarilla.

Publicado en el diario Clarín de Argentina.

Ucrania y las otras guerras

 «Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar: Yo mato para robar.»

Eduardo Galeano

Desde el 24 de febrero la atención mundial está puesta en Ucrania. Pero hay otras guerras en el mundo. Según la escuela de la paz de Cataluña hay 18 conflictos de alta y mediana intensidad

Camerun, Etiopía, Yemen, Myanmar, Siria, Malí, Níger, Burkina Faso, Somalia, Congo, Mozambique, Afganistán, Uganda son algunos puntos del planeta donde también hay conflictos armados.

Afganistán: el gobierno de Estados Unidos invadió el país alegando que los talibanes estaban detrás de los ataques del 11-S. Tras 20 años de intensos combates y miles de muertos, los talibanes volvieron al poder en agosto de 2021. El nivel de violencia ha disminuido en el país, pero las ONG ahora advierten que Afganistán se enfrentará una de las crisis humanitarias más graves que jamás haya visto debido a las sanciones y el aislamiento impuestos por gran parte del mundo.

Hay grupos yihadistas que intentan dominar diferentes regiones de varios países, como Malí, Níger, Burkina Faso, Somalia, y Mozambique.

Congo: Explicar el conflicto en el Congo no es fácil: hay muchas causas y causalidades. Este país es uno de los más ricos del mundo, pero la mayoría de la población vive en la miseria.La expectativa de vida no llega a los 50 años.

El Congo tiene una abundante riqueza mineral. Posee más del 70% del coltan mundial. También tiene el 30% de las reservas mundiales de diamantes; vastos depósitos de cobalto, cobre, bauxita, gas, petróleo, y también uranio. Pese a esto, la inmensa mayoría de los congoleños vive en la miseria, lo que explica la naturaleza del conflicto.

Sin embargo, el saqueo que sufre el Congo no es de ahora, lleva siglos, desde finales del año 1400 con el tráfico de esclavos a Europa y luego hacia América latina, Brasil y Uruguay: la mayoría de los afrodescendientes uruguayos provienen del Congo, pasando por el uso de patio trasero que hizo Bélgica.

Del Congo se extrajo el uranio que activó las bombas arrojadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki. Este país hace casi 60 años que se vive en estado de guerra, pero desde agosto de 1998 se desarrolla un silencioso genocidio por la pugna entre las etnias tutsi y hutu, acicateadas por oscuros intereses. Esta guerra formalmente termino en el año 2003, con un gobierno de transición, ratificado por las elecciones del año 2006, que mantuvo en el poder a Joseph Kabila, hijo del Laurent Desiree Kabila, asesinado en el año 2001.

Sin embargo, el conflicto continua. Es el más sangriento desde la segunda guerra mundial: entre muertos directos e indirectos suma unos cuatro millones, además de más de un millón de desplazados.

Y en medio del caos que siempre produce la guerra hay quienes calladamente se benefician; China es ejemplo. Las empresas de ese país aprovechan la incapacidad gubernamental y a cambio de alguna obra de infraestructura se llevan una montaña, que seguro esconde en su seno algún tesoro: coltan, oro o diamantes.

Este sanguinario conflicto se lo conoce como la guerra del coltan, ya que el proceso se inicia en el Congo con la extracción ilegal del mineral, que se hace con trabajo casi esclavo para que rinda mucho más desde el punto de vista económico. Luego es trasladado, también ilegalmente, al país vecino, Rwanda, que, a pesar de no ser productor de coltan, es uno de los principales exportadores del mundo.

En Rwanda se inicia un circuito de exportación, ahora legal, que traslada este mineral a los países de la ex Unión Soviética: Ucrania, Kazajstán, Bielorrusia, Rusia, donde es procesado.

Posteriormente viaja a otros países, como Malasia, China, India, Corea del sur, donde el mineral es transformado en microchips y luego va a Japón, Estados Unidos o los países nórdicos, donde están las sedes de las multinacionales de la electrónica, donde se los incorpora a los aparatos de alta tecnología. Y de allí, directo a nuestras manos.

Siria: en guerra contra el régimen del presidente Bashar al Asad en 2011 una guerra civil a gran escala. El conflicto lleva más de 380.000 muertos, ha arrasado ciudades e involucrado a otros países. Más de 200.000 personas están desaparecidas. La guerra ha disminuido en intensidad, ya que el presidente logró dominar gran parte del país. Aunque aún hay resistencia en muchas zonas de Siria, y los observadores internacionales creen que el conflicto no está cerca de terminar.

Myanmar: otra región que ha registrado tensiones políticas y étnicas desde hace años, y muchos analistas creen que el país se encuentra en medio de una guerra civil. Los militares de Ejército dieron un golpe de Estado y tomaron el control del país el 1 de febrero de 2021, después de unas elecciones generales que ganó por amplia margen la líder Aung San Suu Kyi. La ONG International Rescue Committee cree que hay 220.000 personas desplazadas desde 2021. Y más de 14 millones de personas (más del 25% de la población del país) necesitan algún tipo de ayuda humanitaria. Se cree que más de 10.000 personas murieron por el conflicto desde febrero del año pasado.

Yemen: el conflicto tiene sus raíces en el fracaso de un proceso político que se suponía traería estabilidad a Yemen después de la Revolución Yemení de 2011, que fue parte de la Primavera Árabe, que obligó al presidente autoritario de larga data Alí Abdalá Salé a entregar el poder a su vicepresidente, Abd Rabbuh Mansur Hadi. Los analistas esperaban que la guerra durara unas pocas semanas, pero lleva ya ocho años y en los últimos hubo una escalada de violencia. Irán y Arabia Saudita, han estado involucrados en el conflicto. La coalición recibió apoyo logístico y de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Camerún: En el origen del conflicto está un solo elemento: el agua. El calentamiento global es ya una auténtica realidad en esta región del Sahel, donde las temperaturas están subiendo 1,5 veces más rápido que la media mundial y donde la ONU estima que el 80% de las tierras agrícolas están degradadas.

Los pastores árabes choa y los pescadores y agricultores de Mousgoum se enfrentan por el control de los escasos recursos hídricos del territorio. Desde el mes de agosto, 19 aldeas han sido incendiadas y otras 40 han sido abandonadas por sus asustados habitantes, en un conflicto civil que ya ha causado 45 muertes y 74 heridos.

Etiopía: el conflicto estalló en noviembre de 2020, es uno de los más brutales del mundo actual, con informes de asesinatos de civiles y violaciones masivas, según Amnistía Internacional. Hay 900.000 personas muriendo de hambre, según estimaciones del gobierno de Estados Unidos. Los rebeldes que luchan en el país dicen que más de 9 millones de etíopes necesitan algún tipo de ayuda alimentaria. El origen de todo una disputa entre diferentes etnias que llevan casi 30 años intentando convivir. Desde 1994, Etiopía tiene un sistema de gobierno federal, a veces llamado federalismo étnico, en el que cada una de las diez regiones del país está controlada por diferentes grupos étnicos.

La región más preocupante es Tigray, controlada por un partido político llamado Frente Popular de Liberación, que lideraba una coalición de cuatro partidos que gobernó Etiopía desde 1991. El político Abiy Ahmed Ali se convirtió en primer ministro y destituyó a los principales líderes gubernamentales acusados de corrupción y represión, poniendo fin a una disputa territorial de larga data con Eritrea y recibió el Premio Nobel de la Paz en 2019.

Según datos de ACNUR, 45.449 personas refugiadas originarias de la región etíope de Tigray han huido hacia Sudán; 96.000 personas refugiadas originarias de Eritrea se encuentran en la Región de Tigray. Y los datos siguen aumentando.

Ucrania: Partimos, por supuesto, de la incuestionable responsabilidad del gobierno ruso en iniciar un conflicto bélico que está causando miles de muertes, destrucción generalizada, desplazamientos masivos con impactos globales. Nada justifica la invasión del territorio ucraniano, menos aún bajo imaginarios reaccionarios y de vocación imperialista.

Ucrania es un enclave paradigmático a escala global. Además de contar con un volumen significativo de gas, petróleo y uranio, atesora las mayores reservas de litio y tierras raras de todo el continente europeo. Estos últimos son minerales metálicos clave para la economía actual (teléfonos móviles, turbinas eólicas, automóviles eléctricos, etc.), cuya demanda se ha multiplicado exponencialmente dentro de un mercado mundial que controla China en un 80%, y que ya da síntomas de saturación. Ucrania es considerada, a su vez, no solo el granero de Europa, sino de un marco geográfico más amplio que incluye el Norte de África y Oriente Próximo.

Ucrania evidentemente no es un conflicto local sino internacional, activado desde hace tiempo por la actuación de todas las potencias globales, las cuales atesoran su mayor o menor cuota de responsabilidad en favorecer, azuzar e incluso fortalecer la espiral bélica vigente.

Esta guerra podría terminar con algún acuerdo entre Rusia y Ucrania o desembocar en la tercera guerra mundial con las principales potencias nucleares involucradas (¡¡¡caramba nunca pensé que diría esto!!!

domingo, marzo 20, 2022

 


De las revueltas estudiantiles al gobierno

La llegada de Boric al poder en Chile,

una bocanada de aire puro en la política

El viernes 11 fue un día histórico para Chile, pero también para América latina, Gabriel Boric, un joven militante estudiantil, devenido luego en político y líder de izquierda, con apenas 36 años, asumió como presidente.

Antes fueron presidentes, después de la dictadura pinochetista, Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet por dos veces y Sebastián Piñera también por dos veces.

Boric forma parte de una generación nacida al final de la dictadura pinochetista o sea, aquellos que solo conocieron su vida política bajo democracia. Esa generación asistió, siendo niños, a la caída del muro de Berlín, al fin de la Guerra Fría, la implosión de la Unión Soviética, el desarrollo del neoliberalismo, Internet, y ya siendo más jóvenes asistieron y fueron protagonistas de las redes sociales. La llegada de Boric es una bocanada de aire puro en la política, pero no viene solo, junto con él llega un grupo importante de dirigentes, hombres y mujeres, con enfoques humanistas, reconocimiento de las diversidades culturales y de los derechos sociales. Junto con Boric llegó al poder una generación que se hizo durante las revueltas estudiantiles y que promete enterrar definitivamente el legado de la dictadura pinochetista que en los años ochenta aplicó a rajatabla las políticas neoliberales del consenso de Washington y que fue tomada como ejemplo, aun por gobiernos y políticos democráticos.

Boric es un hombre diferente para la izquierda tradicional. Tomó distancia del chavismo y como respuesta Nicolás Maduro lo acusó de pertenecer a “una izquierda cobarde”. También se desmarcó del régimen de Nicaragua y en lugar de invitar a Daniel Ortega u otro representante del gobierno nicaragüense al cambio de mando, traidores según el ex presidente José Mujica, invitó a su asunción a la poetisa Gioconda Belli y al escritor Sergio Ramírez, quien no pudo asistir, ambos hoy en el exilio por oponerse a un ex camarada sandinista que devino dictador.

Aquí, en Uruguay el Partido Comunista uruguayo, hoy mayoría en la interna del Frente Amplio, por ejemplo, no enfrenta ni a Maduro ni a Ortega.

Lo que ocurra en Chile podría proyectar ideas, experiencias y efectos en el resto de la región, sobre todo porque tiene al menos tres elementos fundamentales que podrían replicarse: el cambio generacional, su énfasis feminista y, la principal, la convergencia de las izquierdas. De esta última experiencia la izquierda uruguaya puede dar cátedra con el Frente Amplio.

SIN CORBATA

Y en Chile, un país extremadamente rígido en su conducta social, por lo menos en su estructura de poder, de golpe se vio presidido por un hombre joven tatuado y que no usa corbata. Las corbatas asfixian. Mi padre, cuando llegó en 1950, huido de la España franquista, logró su primer trabajo en Ipusa y puso una condición no usar corbata. Pero en Chile fue tan llamativo que vi muchos titulares en los medios de comunicación diciendo algo así como Sin corbata, Boric asumió la presidencia de Chile. ¡Oigan!: Bill Gates o Mark Zuckerberg raramente usan corbatas y Mujica directamente nunca usó.

Boric tiene ahora el reto de conducir ese gran proceso de cambio en un país como Chile, que fue puesto de ejemplo muchas veces, demasiadas quizás y a poco que se rascó la epidermis nos encontramos con realidades no muy agraciadas.

Boric llega a un mundo nuevo del que no sabemos cómo será después que se resuelva, ojalá y así esperamos, tras el conflicto en Ucrania. “Viviremos tiempos desafiantes y tremendamente complejos. Salir adelante juntos y juntas, eso es lo que debemos construir…”, e “iremos lento, porque vamos lejos”, dijo”, reconoció en su discurso inaugural, ya como presidente.

La frase de Boric, dicha fue dicha para los chilenos, pero es válida para todos, nosotros, los uruguayos, sobre todo para el pos27M.

sábado, marzo 19, 2022

El narco cada vez más cerca de la política


El pasado jueves 17, hablé con el diputado por Colonia de la lista 904 Mario Colman. Está desolado y enojado, porque siente que se está comiendo un garrón por la formalización y condena de Diego Cruz, un militante de su agrupación, que cayó por tráfico de drogas en el marco de la operación Murmullo, en su cuarta fase.

No voy a liberar al diputado de la culpa si la tuvo o no, o si está involucrado. Eso no me corresponde. Lo que hizo Cruz no era, según sus palabras, de su conocimiento. Siente que abusó de su confianza, la que le dio cuando lo acogió en su agrupación partidaria y luego le dieron responsabilidades en la comuna de Colonia.

En lo que me quiero detener es en la responsabilidad, eso sí que le cabe a, en este caso a Colman, como a cualquier otro actor político: y es cuidar su entorno. Hoy es Cruz, un perejil, un narquito de poca monta, pero mañana puede ser alguien más pesado.

El narcotráfico, los narcotraficantes, grandes, medianos o pequeños, buscan el cobijo del poder y de esa manera inconsciente para algunos, y muy consciente para otros, se expanden en las sociedades.

Cuando en la década de los años 60 el presidente Richard Nixon lanzó la guerra contra las drogas, lo hizo porque en su país, Estados Unidos había un problema grave, pero la guerra la libró en países pobres, con gente pobre, en Colombia, en México.

Las víctimas fueron los niños pobres, las mujeres pobres, los hombres pobres, mano de obra barata y necesitada de ganar un peso para tener un plato de comida. Los narcos grandes estuvieron y están fuera del radar o de la mira de quienes libran la guerra.

Desde aquel momento hasta ahora ha pasado mucha agua bajo los puentes y el problema del narcotráfico es global trajo aparejado otros problemas: lavado de activos, además de los millones de muertos. Y no hubo solución. La guerra contra las drogas ha sido una política que se ha perdido en diferentes términos, políticos, sanitarios y económicos.

En Uruguay siempre se pensó que se estaba lejos de esas realidades y en el interior del país más todavía, pero tarde o temprano los narcos llegan, se asientan y después es difícil de sacar esos quistes.

Durante muchos años hubo gente que, con miradas más largas sobre el asunto, advirtieron sobre esta realidad: sobre los ajustes de cuentas, sobre el sicariato, sobre el lavado de dinero, sobre la feudalización de los barrios. No se los escuchó. El sistema político no lo escuchó, la academia no lo hizo y hoy la ola nos tapó.

Milton Friedman, premio Nóbel de Economía, insospechado por sus ideas liberales, fue uno de los primeros en reconocer la pérdida de la guerra contra las drogas. José Mujica, ex presidente de la República y de izquierda, claramente, coincide con Friedman. “Será mi última batalla”, ha dicho: “promover la liberación de las drogas, todas las drogas”. Sin un mercado ilegal habrá menos reclusos, menos homicidios, los adictos no seguirán siendo mirados y tratados como criminales cuando procuran su droga, pudiendo tenerlas, además, con garantías de calidad.

El cambio de paradigma sobre las drogas no es patrimonio ni de la izquierda ni de la derecha sino del sentido común. Este problema global ha sido, hasta ahora, tratado como una política militar y de seguridad y no como un problema de Salud Pública. El enfoque debiera ser la prevención, la educación y la rehabilitación, y en ese marco, aplicar políticas de despenalización progresiva y regulación de la misma manera que se hace con otras sustancias como el alcohol y el tabaco.

miércoles, diciembre 02, 2020

El Ministerio del Interior y la gestión en seguridad en un lugar donde “hay mucho falluto en la vuelta”

 

El ministerio del Interior cruje, ya se sabe. Pero no es nuevo, siempre crujió. Ahora fue por el episodio a través del cual el ministro Jorge Larrañaga echó al jefe de policía de Montevideo Erode Ruiz, quizás hoy el policía con mayor ascendencia entre sus pares, todo porque mantuvo una reunión con Gustavo Leal, el ex director de convivencia del ministerio del Interior durante la gestión de Bonomi.


En esa reunión, según reveló el colega Gabriel Pereyra, había quedado establecido una suerte de teléfono rojo para cuestiones de convivencia ciudadana y/o denuncias que podían llegar a Leal por el conocimiento que había trabado con los vecinos a raíz de su trabajo, no solo en el ministerio, sino de años anteriores en instituciones como El Abrojo.

Pero ahora el teléfono rojo no va más.

Este lunes pasado Leal llamó a Ruíz para avisarle que habían desalojado a una familia en el barrio Flor de Maroñas. El sociólogo intervino para que denunciaran. Ruíz lo habilitó porque entendió que Leal tenía más y mejor información que Santiago González, actual director de convivencia. El rol que Ruíz le estaba otorgando a Leal no cayó bien en González primero y en el ministro después.

Desde el punto de vista estrictamente institucional hizo bien Larrañaga en tomar esa decisión, Erode Ruiz debió informar de sus contactos con Leal.

Ahora, no es esta la primera vez que no informan a Larrañaga de alguna acción.

El Director de la Policía Nacional, Diego Fernández, sin que supiera Larrañaga decidió por sí y ante sí sacar la placa recordatoria de Julio Guarteche que estaba en la sede de la dirección de Inteligencia.

Larrañaga lo hizo dar marcha atrás, pero no lo echó.

Fernández como Ruiz tiene un cargo de confianza política y sin embargo quedó en su puesto sin más.

A Erode Ruiz se lo despidió.

¿Por qué esa doble vara? Es que Larrañaga no lo quería, se lo pusieron. Erode Ruiz, blanco herrerista con línea directa con el presidente, jugó al límite y Larrañaga no se lo perdonó. Lacalle no pudo hacer nada para defender a su hombre. Tuvo que elegir.

Y lo de Erode Ruiz no fue un error, aquí no hay ingenuos: Ruiz quiso que se supiera. Citó a Leal el viernes pasado, a la misma hora que el director de convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González, estaba reunido con los jefes policiales en la sede de jefatura de Montevideo para establecer una estrategia frente a las fiestas clandestinas por el peligro que representan a raíz de la pandemia. Todos los vieron allí y esa visita no tardó mucho para que llegara a oídos del ministro.

¿Hizo mal Erode en hablar con Leal a quien conocía bien? No. La misión del policía es resolver los delitos y buscar la manera de hacerlo como policía y por eso habló con alguien que lo podía ayudar. Erode pensó y actuó como policía. No se lo puede condenar por ello.

Larrañaga pensó y actuó como un político.

En 1995, bajo el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti el inspector Roberto Rivero inició un camino de profesionalización de la policía, por lo menos en el área de drogas. Limpió el campo y empezó a armar un equipo y una estructura.

A Rivero lo siguió Julio Guarteche y la política antidroga se mantuvo en sus líneas generales hasta el gobierno pasado. Fueron 25 años de política de estado. Dos gobiernos colorados y tres del Frente Amplio.

Sanguinetti, Batlle, Vázquez, Mujica y de nuevo Vázquez.

Hoy se decidió no seguir ese camino.

En el Ministerio del Interior no hubo transición. Hubo una sola reunión general, después no hubo reuniones particulares de cada jerarca, o sea no había interés de seguir con una política de estado.

La realidad lo mostró: los oficiales de la era Guarteche, Carlos Noria, último director de la Dirección de Drogas, Mario Layera, director Nacional de la Policía, William García, director de Inteligencia, Julio Sena, director de Crimen Organizado- Interpol, y Robert Tarocco, sub jefe de policía de Montevideo pasaron a retiro, lo mismo ocurrió con el designado jefe de policía de Artigas, Alberto González Ríos relevado cien días después. Salvo Layera, ya jubilado y que estaba en un cargo de confianza política, los demás podían haber seguido con su carrera.

Tampoco están los comisarios más jóvenes como Alfredo Clavijo, ex director nacional de la Guardia Republicana ni Ana Sosa, directora del Centro de Monitoreo. Sobre esta mujer me soplaron un dato. En los días previos a su asunción como ministro se la sugirieron para un importante cargo dentro de la estructura de esa cartera. La comisaria Sosa ha demostrado ser una policía inteligente en todos los lugares donde ha actuado. Larrañaga la rechazó: es amiga de Layera, dijo.

Más cambios: Washington Pereyra, jefe de la Unidad Táctica de Negociadores pasó a otra dependencia, la Oficina De Supervisión de Libertad Asistida y virtualmente en el frezzer está el oficial Pablo Lotito, uno de los mejores investigadores policiales, director de la cárcel de Domingo Arena. Además, fueron removidos otros seis oficiales superiores, miembros de la dirección de Drogas en tiempos de Guarteche.

Mal camino si la causa del despido Ruiz obedece a que el jerarca policial dialogaba con un ex funcionario de pensamiento político diferente. Así será muy difícil poder superar los problemas estructurales del delito. Sin políticas de Estado, toda acción será inconducente.

Por último, hay que destacar la actitud de Gustavo Leal que colaboró cumpliendo su deber, lo hizo como ciudadano, capaz que también como político, pero tendiendo puentes. También deberíamos preguntarnos por qué los vecinos damnificados confían en Leal y no en González. ¿No será que en el Ministerio hay algo más que este asunto Ruiz, Larrañaga, Leal?

Por ejemplo, ¿cómo se explica el tuit de Juan Andrés Ramírez Saravia, coordinador nacional del Programa Integral de Seguridad Ciudadana del ministerio? “Vengo juntando rencor, bronca, y eso no es bueno. Mucho falluto en la vuelta. Les aseguro que es bravo el día a día. Hay caminos que no volvería a recorrer”, dijo y dio a entender que sus problemas radican en conflictos internos.

Como sea, ahora para evitar futuros desencuentros, Fernández, el director de la Policía Nacional, envió una orden de servicio a todos los jefes de Policía y a los directores nacionales de las distintas dependencias del ministerio a través de la cual ordenó informar con antelación a la Unidad de Comunicación de la cartera cualquier participación en un acto o conmemoración, o cualquier invitación a autoridades fuera de la órbita del gobierno y también los contenidos de los discursos que eventualmente se realicen. Parece que hubo algunos deslices. En fin, la Policía es también una organización vertical, no hay que olvidar eso.

Las ausencias en el homenaje por los 100 años del PCU: un recuerdo para Jaime Gerschuni Pérez


Se desarrolló en la Cámara de Diputados el homenaje al Partido Comunista del Uruguay por el centenario de su fundación. Participaron obviamente los legisladores del Frente Amplio, del Partido Nacional, el Partido Colorado, el Partido Independiente y el Peri, no así Cabildo Abierto. 

No voy a referirme a lo que se dijo ayer en la cámara. Sí destacar que más allá de discrepancias, los partidos verdaderamente republicanos estuvieron presentes. Los que no tienen esa concepción de la República estuvieron ausentes.

Si voy a hablar de otra ausencia que hubo ayer.

Porque estos cien años del Partido Comunista del Uruguay son buenos para recordar a un hombre, a una persona que fue el secretario general del PCU y que, por esa razón, por ser comunista, fue objeto, durante la dictadura, de las torturas más aberrantes. Me voy a referir y a recordar Jaime Pérez, que en realidad se llamaba Jaime Gerschuni Pérez.

Jaime Pérez, un obrero peletero que llegó a ser diputado y el hombre más importante del PCU en los inicios de la década de los años 90, fue el que tuvo que dirigir a su partido en medio de la hecatombe de la Unión Soviética y la caída de todo el bloque socialista.

Y lo hizo de frente, sin abdicar su condición de comunista, pero levantando las banderas de la democracia, abriendo al PCU, no cerrándolo y nunca actuando como si él y solo él tuviera la verdad revelada. Jaime Pérez no era un teórico, al estilo de Rodney Arismendi el ex secretario del PCU a quien tuvo que suceder. Era un pragmático, era, al decir de Antonio Machado un hombre bueno.

En 1986 estaba muy enfermo y fue a la URSS y allí le diagnosticaron un cáncer de páncreas y le dieron muy pocos meses de vida. Regresó a Uruguay a morir, pero si algo necesitaba para saber que aquello se estaba derrumbado, fue tener ese diagnóstico, que resultó a todas luces errado: aquí en Uruguay dieron con la verdadera enfermedad, fue tratado y vivió muchos años más. 

Seguramente su salud se debió ver afectada por las torturas que recibió en la cárcel, por ser comunista y ser judío. Pero el nunca habló de ello. Tampoco hablaron ayer sus compañeros.

Con Jaime Pérez dirigiendo el PCU y teniendo un poderío importante en la interna del FA con aquel agrupamiento llamado Democracia Avanzada, fue que el Frente Amplio aprobó la candidatura de Tabaré Vázquez a la intendencia de Montevideo.

El PCU dirigido por Pérez fue artífice de que Danilo Astori encabezara todas las listas al senado, sabiendo que los que iban a perder ese senador era la lista 1001, pero lo hizo para darle más frenteamplismo al PCU, frente a cierta ortodoxia que crecía.

En 1991 y 1992 sobreviene la crisis del PCU. Fue Jaime Pérez quien entendió el momento histórico que se vivía y entendió que el PCU debía renovarse y promovió el abandono del concepto de la dictadura del proletariado. Fue ante una pregunta de Omar de Feo sobre la dictadura del proletariado: “A mí no me gusta ningún tipo de dictadura” dijo Jaime Pérez ¡oh sacrilegio! frente a las cámaras de televisión. Esa frase desató un vendaval en la interna del PCU y en la izquierda. Años de certezas se cayeron esa noche.

“Cuando Jaime Pérez renegó de la dictadura del proletariado y sostuvo que para los uruguayos el voto es un instrumento fundamental, para pasar luego a la propuesta socialista democrática y plural, llegó al punto culminante de esa búsqueda en clave renovadora. La necesidad de crear un partido socialista y democrático era la consecuencia inesquivable. La ortodoxia se aferró a sus certezas –destruidas, pero certezas al fin– y dio una lucha durísima para salvar a un partido que se negaba a dejar de ser”, escribió en la diaria en junio de 2018 el historiador Fernando López D’Alesandro.

Aquella concepción antidemocrática de la dictadura del proletariado fue combatida por Jaime Pérez y eso provocó una suerte de implosión en el PCU. Perdió. El paso que quiso dar Jaime Pérez fue algo muy audaz y por eso fue acusado de todo lo peor. Paso de ser héroe a villano, lo llegaron a llamar traidor, ¡justo a Jaime Pérez!

Cuando murió en el año 2005 fue velado en el palacio Legislativo, el salón de los Pasos Perdidos. Fueron todos sus adversarios políticos, de otros partidos, pero no fue la plana mayor del PCU de ese momento. Por eso, en este momento para recordar, recordemos todo.


La filtración de los FinCen, una mirada desde el periodismo y algunas preguntas

 


El avance de la pandemia del Covid en el mundo y en particular en Uruguay lleva a que temas que son de primera línea en las agendas queden relegados.

Uno de esos temas ha sido la reciente filtración de datos provenientes de la FinCen, la Financial Crimes Enforcement Network, una oficina del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que recopila y analiza información sobre transacciones financieras para combatir el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y otros delitos financieros nacionales e internacionales.

Esta filtración y su difusión ha demostrado como los poderosos del mundo evaden y lavan dinero sucio y lo poco que se hace para frenarlos. Como ocurre siempre, el culpable es el mensajero.

Durante 30 años el gobierno de los Estados Unidos estuvo ocultando información sobre la guerra de Vietnam, hasta que New York Times primero y el Washington Post después, publicaron en 1971 los llamados Papeles del Pentágono. En aquella oportunidad fueron acusados de poner en peligro la seguridad nacional.

Esta historia está contada por Steven Spielberg en The Post, un filme que se puede ver en Netflix.

Aquellas revelaciones expusieron a la vista de todo el mundo cómo varios presidentes y sus administraciones habían mentido sobre el desarrollo de aquel conflicto.

Tras la publicación de los documentos, aquella guerra, altamente impopular entre la población no solo de Estados Unidos, sino en el mundo entero, aceleró su fin con la retirada de los norteamericanos de Vietnam. Fue una guerra que dejó horror y cientos de miles de muertos en ambos bandos.

La seguridad nacional ha sido la gran razón esgrimida por quienes condenaron la publicación de los documentos filtrados por WikiLeaks sobre la guerra de Irak.

La misma razón se aplicó cuando se conocieron los Panamá Papers y ahora también con la filtración de los Fin Cen Files.

La seguridad nacional aparece entonces como una entelequia usada para dar cobertura a la criminalidad de los gobiernos, de los poderosos y siempre ha sido clave en todos los casos para desvelar los hechos, el papel del periodista, el rol de los medios de comunicación en desenmascarar estos casos.

Los medios y los periodistas transparentan lo que los gobiernos y los poderosos ocultan. En el caso de los Fin Cen, los bancos quedaron expuestos en esta masiva filtración que fue una filtración así nomás, al barrer. Detrás de cada artículo publicado hay un trabajo de profesionales de la comunicación que avalan cada documento. No es menor.

En su obra De la guerra, Clausewitz acuñó el término “niebla de la guerra” que hace referencia a la confusión reinante durante un conflicto bélico tradicional, en el que debido a diversos factores como retrasos, confusiones, incertidumbres, etc. resulta difícil coordinar y planificar operaciones.

Se está entonces en un escenario que permitía muchas ambigüedades y mantenía unas zonas tan opacas que era muy difícil acceder a una información verídica de los hechos.

Recordar esta metáfora viene bien ahora en este caso de los Fin Cen files ya que en las guerras actuales la tecnología ha despejado aquella niebla.

El investigador y profesor en el Instituto Universitario de Lisboa Marcelo Moriconi recuerda que los jugadores de fútbol se dieron cuenta que debían taparse la boca para hablar entre ellos durante un partido porque con la tecnología se podía descifrar lo que conversaban. El sistema político todavía no se ha dado cuenta que sus opiniones en las redes sociales dejan huella y ya no pueden mentir o modificar sus opiniones dependiendo de sus conveniencias.

Antes se podía ocultar debajo de la niebla. Ahora no.

Y claro que nos podemos hacer muchas preguntas: ¿Quién puede asegurar cuáles son los verdaderos intereses detrás de las filtraciones? ¿Por qué se filtran unos datos y no otros? ¿Por qué los involucrados en los Panamá Papers o en los FinCen son quiénes son? ¿Podría haber más gente que, intencionalmente, no fue delatada? ¿Las filtraciones son la pura verdad? Los periodistas que nos hemos hecho eco de las filtraciones o de las delaciones premiadas de la justicia por ejemplo en el caso de Odebrecht o Lava Jato, ¿somos peligrosos para la sociedad?

La transparencia brinda datos, no intenciones.

Como sea, cada día es más difícil mantener el secreto, y más cuando se utiliza para ocultar conductas condenables. Puede ser polémico la forma de acceder a esa documentación, pero ello no altera el contenido de esos archivos.

Estas filtraciones, la de los Panamá Papers antes, los SwissLeaks, después o FinCen files ahora, dejan expuesto a la luz pública lo que está oculto, escondido y que ese dinero, que, por los pactos celebrados en cada país, debería ir a las arcas públicas, no va.

En general los implicados se defienden alegando desconocimiento, algunos, negación, otros. Las personas pueden decir y aducir lo que quieran, cada país tiene su nivel de tolerancia: en Islandia, por ejemplo, debido al escándalo de los Panamá Papers y la presión de la opinión pública debió renunciar el primer ministro. En Rusia, a Putin ni se le movió un músculo.

Demuestra también, que hay sectores de la población que tienen privilegios que les permite guardar el dinero en lugares donde se lo guardan sin preguntar cómo lo hizo ni de donde proviene. Y ese dinero no va a donde teóricamente debería ir, estos son, las inversiones que favorecen a la mayoría de la gente, levantando hospitales, haciendo rutas o viviendas o para la educación pública, etc.

Finalizo entonces con otra pregunta: ¿si lo sabemos, si lo investigamos, vamos a callarnos?

 

 

Covid 19: cuando falla, una vez más, el sentido uruguayo de la excepcionalidad

 Otra vez el sentido de la excepcionalidad, algo tan uruguayo, falló. Hace unos cuantos años fue con la dictadura. Los uruguayos nos creíamos inmunes a ese flagelo que azotaba a la región. Recuerdo que en la escuela a donde concurría, la maestra llegó a arriesgar que en Uruguay no había dictadura, en aquel momento la había en Brasil y Argentina, porque “somos cultos”.

Vino la dictadura en junio de 1973 y los militares se quedaron 12 años y bueno, la conclusión que saqué entonces sobre lo que me había dicho la maestra era que habíamos dejado de ser cultos. Y en verdad no fue eso, es que falló el sentido uruguayo de la excepcionalidad.

Antes de la dictadura, durante mucho tiempo, Uruguay creyó que era imposible la aparición de una guerrilla. Hubo claras señales de que eso podía llegar a ocurrir, pero nadie le prestó atención. Y la guerrilla llegó, se llamó Movimiento de Liberación Nacional –Tupamaros. Aquí también falló el sentido uruguayo de la excepcionalidad.

Mucho tiempo después, cuando el narcotráfico con las muertes violentas comenzó a azotar la región, aquí en Uruguay se decía que nuestro país estaba inmune a ello porque la droga solo estaba de paso. Y otra vez falló el sentido uruguayo de la excepcionalidad.

Lo mismo ocurrió con la crisis del 2002. Se caía Argentina, devaluaba Brasil y aquí, recuerdo al presidente del Banco Central, Humberto Capote, decir “estamos blindados, no va a pasar nada”. Y, ¿hace falta repetirlo? Otra vez falló el sentido uruguayo de la excepcionalidad.

Desde el mes de marzo un extraño virus proveniente de China que había hecho estragos en Europa llegó a la región y también a Uruguay. Argentina, Brasil y Chile se vieron afectados de tal manera que en el caso de Argentina se impuso el #quedateencasa de manera obligatoria. Brasil con un presidente que no da crédito a la peligrosidad del virus se transformó en uno de los países más afectados en el mundo y en Ecuador, Chile y Perú se llegó a la crisis sanitaria.

Aquí en Uruguay, otra vez como en los casos anteriores pensamos que éramos diferentes, que el Covid 19 no iba a ser un problema, hasta se ha podido ver un spot publicitario donde la lucha contra el virus se asemeja a un partido de futbol y se apela a la garra charrúa. Y otra vez parece que el sentido uruguayo de la excepcionalidad ha fallado.

Día tras día se vienen batiendo récords de casos nuevos y la bandera amarilla ya flamea frente a los uruguayos como un problema sanitario sí, pero también que afecta otros aspectos de la vida del país, la economía fundamentalmente.

Las autoridades sanitarias recomiendan “reducir los círculos de contacto social, el tiempo de las reuniones, al uso permanente de los tapabocas, distanciamiento físico, ventilación e higiene. Y agrega, sin utilizar medidas restrictivas en la movilidad social, la prevención personal es la única herramienta para reducir el aumento de contagios".

Es decir, se deja una puerta abierta a las restricciones. Sin “medidas restrictivas en la movilidad social” es casi advertir que esas medidas pueden ser el plan B si la “libertad responsable” deja de dar buenos resultados.

Los expertos del Grupo Asesor Científico Honorario alertan sobre la posibilidad de que se complique el rastreo de los contactos de las personas enfermas porque la cantidad creciente de casos pone a prueba la capacidad de seguir el hilo de la enfermedad y con ella la capacidad de contener la transmisión social.

¿Qué ha pasado? Ha cambiado el comportamiento de la gente, que le ha perdido el respeto al virus, es que nos hemos creído aquello de lo excepcional del Uruguay. Pero solo basta ver lo que ha ocurrido en otros países para saber que aquí, fatalmente, va ocurrir lo mismo. Es que Uruguay no es tan excepcional.

jueves, enero 16, 2020

Pacha Cantón: “el tirador de chanchos”


Todas las crónicas periodísticas de estos días señalan a un empresario argentino Eduardo “Pacha” Cantón como responsable de haber tirado desde un helicóptero un chancho o un cordero desde las alturas hasta la piscina de la finca del empresario argentino Federico Álvarez Castillo en José Ignacio.
Se ha hablado mucho, del derecho y del revés del empresario Álvarez Castillo y de su esposa una modelo, Lara Bernasconi, pero poco el del “bromista”, el señor Pacha Cantón.
En el año 2014 publiqué un libro de investigación sobre el narcotráfico en Uruguay. Narcos en el Uruguay se llamó y entre las historias estaba la de Lilio Maurilio Martínez, el Lilo, capo narco del oeste del Uruguay, asesinado de varios balazos el 9 de abril de 1999.
Lilo tuvo vínculo con Pacha Cantón. Igual voy a detenerme en trascribir lo publicado en aquel momento, cuando describía quien era este emprendedor, el señor Eduardo Pacha Cantón, el bromista tirador de chanchos o corderos.
“Si hay un responsable, para bien o para mal, de haber puesto a la ciudad de Carmelo en el mundo, ese es Eduardo Pacha Cantón, un controvertido empresario argentino radicado en la zona oeste del país.
Las visiones sobre Cantón no tienen término medio, con él las cosas son blanco o negro; pero lo cierto es que logró unir, en la tranquila localidad de Carmelo, el mundo de los negocios con el del show que alimenta a diario los programas de televisión y las revistas de la farándula.
Eduardo Cantón fue el precursor de las inversiones de argentinos, cuando puso la mira en la costa uruguaya y de su mano llegaron varios de sus coterráneos con ánimo emprendedor.
En la ciudad de Carmelo –a la que, según dijo en una entrevista, soñaba con posicionar entre los primeros lugares del turismo internacional– construyó, a mediados de los noventa, un emprendimiento múltiple con el club el Faro como eje y se expandió a un campo de golf y una marina. También desarrolló su marca insignia, Finca y granja Narbona, donde funcionan una bodega, una quesería, un restaurante de campo y una posada. El éxito de Narbona en Carmelo lo impulsó a abrir otra sede en Punta del Este, donde fue protagonista de la movida en temporadas pasadas.
En la búsqueda de inversores se asoció a Laith Pharaon, hijo del magnate árabe Gaith, expropietario del Hotel Hyatt en Buenos aires y del Banco de Crédito y comercio Internacional, que tuvo que cerrar por acusaciones de lavado de dinero. Con una inversión millonaria en dólares –que incluyó una participación minoritaria de Cantón–, se levantó el hotel de superlujo Madison, golf y spa resort de Carmelo. Por esta vinculación con Pharaon, la jueza María Servini de cubría investigó a Cantón por lavado de dinero, aunque no fue procesado. Hoy en día, ese hotel de superlujo, con la marca Four Seasons, es propiedad de un grupo inversor que encabezan Cantón y su socio, Alejandro Crespo.
Con el paso de los años, Cantón se dedicó a desarrollos inmobiliarios en la zona, que se dice es la José Ignacio del oeste. De esta manera consiguió interesar a varias personas de distintos ámbitos: desde Susana Giménez –de cuyo exyerno, Eduardo Celasco, es muy amigo–, quien invirtió en terrenos en la zona asesorada por Cantón, hasta el expresidente de la sociedad rural argentina, Hugo Biolcati, pasando por Jorge Brito, titular del Banco Macro, y Ernesto Clarens, titular de la firma Invernes S.A.
A instancias de Cantón, Federico Bonomi, el dueño de Kosiuko, también se instaló en Punta Gorda, Carmelo-Nueva Palmira, con una posada y un club de campo. También lo hizo Alejandro Gravier, marido de Valeria Mazza, para invertir junto con Cantón en Viñas del Este, un proyecto de chacras de lujo con viñedos propios dentro de Narbona. Pero la sociedad no duró.
En los últimos años, Pacha Cantón había optado por bajar su perfil. Pero un accidente, ocurrido el 3 de febrero de 2012 con su yate en el Delta del Tigre, lo colocó nuevamente en el centro de la escena. Esta vez no fue ni por sus emprendimientos ni por su sociedad con Pharaon, sino porque en un desgraciado accidente atropelló una canoa y mató a una mujer y su hija de años, como aseveró el diario Clarín en su momento, que accedió a la causa judicial.
Tan bajo perfil tiene ahora, que desde hace un tiempo ni siquiera participa de la fiesta top del verano puntaesteño que se realiza en la chacra La Noor, de su exsocio, el financista saudí Laith Pharaon.
Una crónica del diario El País dio cuenta de quienes sí participaron en la fiesta del verano de 2014: el exbanquero Juan Peirano Basso, quien llegó acompañado de su joven pareja; el expromotor futbolístico Guillermo Coppola; el conductor Marcelo Tinelli con su pareja Guillermina Valdés y su hija Micaela; la modelo Jesica Cirio, entre otros.
Los vuelos fantasmas
Cuando en mayo de 2013 en el programa Periodismo para Todos del periodista argentino Jorge Lanata, se denunciaron los vuelos fantasmas a Zagarzazú, el aeropuerto de Carmelo, todo el mundo se asombró, salvo los propios carmelitanos.
Los helicópteros paran en el Faro a cualquier hora, de día o de noche, y mucho rato después pasan por el aeropuerto a llenar los formularios correspondientes.
Los aviones cuyos pasajeros buscan discreción en lo que transportan llegan al final de la pista, donde los espera un vehículo, generalmente con chapa argentina, en el que descargan el equipaje. Luego, el avión da la vuelta y llega al destacamento de aduana y Migraciones para hacer el papeleo. Eso es algo que han visto una y mil veces los vecinos del aeropuerto Zagarzazú.
En un documento confidencial de la Jefatura de Policía de Colonia, fechado en mayo de 1999, donde se informaba sobre el volumen del tráfico aéreo en la zona. «Los vuelos son a la última hora de la tarde incluso hasta los días domingo. Los helicópteros saldrían, según el testimonio de un pescador de la zona, de una estancia situada en el departamento de Soriano, entre el río Uruguay, el río San Salvador. También, pero en horas de la madrugada, se ven operar avionetas en el Balneario Zagarzazú, donde está ubicado el aeropuerto del mismo nombre». En esas oportunidades, muchas veces se vio operar a gente de la organización de Lilo Martínez”.